La marioneta de cuerdas rotas
Se tiñe la sala de oscuro... tan sólo unas luces de emergencia... que en realidad no hacen falta... uno al rato de estar a oscuras se acostumbra a esa oscuridad.
Silencio, expectación, la función esta a punto de empezar.
Cruje la vieja madera... los actores se están preparando, la tensión y la ilusión se entremezclan y da igual cuantas obras hayan echo, siempre es como la primera vez porque el publico siempre es distinto. Últimos retoques, los productores, los técnicos de sonido, el taquillero... todos están preparados. Se levanta el telón y aparece una marioneta con un lápiz en la mano y un papel en blanco.
A veces escojo un buen asiento, es mi propio teatro... puedo sentarme donde quiera... antes siempre lo hacia en la primera fila, como la niña que desea ver donde esta el truco de magia y no pierde atención al espectáculo, ahora... prefiero sentarme en la última y verlo así como desde lejos... las imperfecciones de la obra se ven menos en la última fila... total..soy parte de la función y tendré que gritar igualmente, el de la última butaca también vino a ver la obra.
Aparecen por el escenario los actores de siempre y se desdoblan y traen con ellos como con el tiempo nuevos personajes... mama y su vida desordenada, porque tuvo un mal reparto de guión... las ganas de ayudarme y no poder... el quererme tanto a pesar de que a veces la culpe cuando la función no es de mi agrado... y busco su mano en la otra butaca.. y si... su mano siempre esta.. pero su alma perdida ha ido a buscarse y no puede buscarse una sin moverse del asiento... su novio cambiante, el que no entiende la obra, el que no sabe de mímica, el que tan solo pierde toda su atención en los colores de los calcetines de la marioneta...la psicóloga que escucha y que también esta loca...el desconocido que sólo dice una frase en toda la escena...el actor amateur que no permite que otro actor dirija la escena, el abuelo que anda buscando la juventud, la que no se ha dado cuenta que ha perdido... actores secundarios...esos que solo están presente en algunos trozos de la escena... los encargados de la iluminación... fugaces algunas veces... intensos de todas formas, llegan y arrasan toda la oscuridad de la sala y te iluminan el corazón con un chasquido de dedos...para iluminar la escena siempre si es que no han sufrido los cables algún contratiempo... la claca, como se dice en el argot teatral... es esa parte del publico que viene a verte, para llenar butacas, que los amateurs nunca hacen un pleno, esos que se levantan y aplauden, esos que te recogen cuando caes... que te animan si encima del escenario has tenido un blanco... los que no tienen que pagar entrada porque andan contigo entre bambalinas ayudándote con el maquillaje y el vestuario, comiendo a las doce de la noche mientras ensayas trozos de pizza y latas de coca-cola.... los que te encienden el cigarrillo entre escena y escena para que dibujes con el , el nombre que quieras...aplaudan o no aplaudan la obra es tuya y el cigarrillo también.
Los que producen... el consejero que se esconde bajo los tablones para soplarte la frase siguiente cuando la has olvidado...
El baile de mascaras sobre el escenario... la expectación del espectador que no sabe que va ocurrir, el mimo que aparece y no habla pero emociona, el dramaturgo, el cómico...el acróbata, momentos que desnudan tu corazón, momentos de lagrimas secas, momentos donde pierdes la respiración pendiente de la nueva escena... momentos de carcajadas... momentos...distintos decorados de fondo, la primavera y sus flores, el invierno con su hielo... y las estancias sin nada, oscuras con un solo hombre sentado delante de un micrófono.
Y yo ahí.... sentada a veces en la primera fila cuando quiero verlo todo, cuando quiero que la verdad sacuda mi alma... es entonces cuando siento ser la actriz de reparto, la marioneta sin cuerdas... marioneta del destino y de el director que olvido acabar de dirigir la obra... porque uno es las cosas que le suceden... uno va cambiando su personaje y su registro... uno va improvisando para acabar reafirmándose tanto.. para crear una identidad tan clara que enloquece... y es que muy poquita gente quiere ir a ver obras alternativas... donde el malo no siempre muere, donde el feo no es tan feo... y donde la loca trae mas verdades que muchos cuerdos... la gente quiere perdices... quiere oro que brille... y en mi viejo teatro las maderas crujen.
Saludo a veces entre sonrisas y algodones, otras perdida en llanto.... emocionada y siento los aplausos y la voz del típico hombre que protesta mientras aplaude y dice: a mi no me ha gustado... y saludo y desaparezco mientras se cierra el telón... y vuelvo a mi asiento y aplaudo mientras me doy cuenta que sin todo el reparto de actores, la vida no tendría sentido ... a veces actriz... a veces espectadora de mi propia obra...sea lo que sea... el telón siempre se levanta, pase lo que pase.
Silencio, expectación, la función esta a punto de empezar.
Cruje la vieja madera... los actores se están preparando, la tensión y la ilusión se entremezclan y da igual cuantas obras hayan echo, siempre es como la primera vez porque el publico siempre es distinto. Últimos retoques, los productores, los técnicos de sonido, el taquillero... todos están preparados. Se levanta el telón y aparece una marioneta con un lápiz en la mano y un papel en blanco.
A veces escojo un buen asiento, es mi propio teatro... puedo sentarme donde quiera... antes siempre lo hacia en la primera fila, como la niña que desea ver donde esta el truco de magia y no pierde atención al espectáculo, ahora... prefiero sentarme en la última y verlo así como desde lejos... las imperfecciones de la obra se ven menos en la última fila... total..soy parte de la función y tendré que gritar igualmente, el de la última butaca también vino a ver la obra.
Aparecen por el escenario los actores de siempre y se desdoblan y traen con ellos como con el tiempo nuevos personajes... mama y su vida desordenada, porque tuvo un mal reparto de guión... las ganas de ayudarme y no poder... el quererme tanto a pesar de que a veces la culpe cuando la función no es de mi agrado... y busco su mano en la otra butaca.. y si... su mano siempre esta.. pero su alma perdida ha ido a buscarse y no puede buscarse una sin moverse del asiento... su novio cambiante, el que no entiende la obra, el que no sabe de mímica, el que tan solo pierde toda su atención en los colores de los calcetines de la marioneta...la psicóloga que escucha y que también esta loca...el desconocido que sólo dice una frase en toda la escena...el actor amateur que no permite que otro actor dirija la escena, el abuelo que anda buscando la juventud, la que no se ha dado cuenta que ha perdido... actores secundarios...esos que solo están presente en algunos trozos de la escena... los encargados de la iluminación... fugaces algunas veces... intensos de todas formas, llegan y arrasan toda la oscuridad de la sala y te iluminan el corazón con un chasquido de dedos...para iluminar la escena siempre si es que no han sufrido los cables algún contratiempo... la claca, como se dice en el argot teatral... es esa parte del publico que viene a verte, para llenar butacas, que los amateurs nunca hacen un pleno, esos que se levantan y aplauden, esos que te recogen cuando caes... que te animan si encima del escenario has tenido un blanco... los que no tienen que pagar entrada porque andan contigo entre bambalinas ayudándote con el maquillaje y el vestuario, comiendo a las doce de la noche mientras ensayas trozos de pizza y latas de coca-cola.... los que te encienden el cigarrillo entre escena y escena para que dibujes con el , el nombre que quieras...aplaudan o no aplaudan la obra es tuya y el cigarrillo también.
Los que producen... el consejero que se esconde bajo los tablones para soplarte la frase siguiente cuando la has olvidado...
El baile de mascaras sobre el escenario... la expectación del espectador que no sabe que va ocurrir, el mimo que aparece y no habla pero emociona, el dramaturgo, el cómico...el acróbata, momentos que desnudan tu corazón, momentos de lagrimas secas, momentos donde pierdes la respiración pendiente de la nueva escena... momentos de carcajadas... momentos...distintos decorados de fondo, la primavera y sus flores, el invierno con su hielo... y las estancias sin nada, oscuras con un solo hombre sentado delante de un micrófono.
Y yo ahí.... sentada a veces en la primera fila cuando quiero verlo todo, cuando quiero que la verdad sacuda mi alma... es entonces cuando siento ser la actriz de reparto, la marioneta sin cuerdas... marioneta del destino y de el director que olvido acabar de dirigir la obra... porque uno es las cosas que le suceden... uno va cambiando su personaje y su registro... uno va improvisando para acabar reafirmándose tanto.. para crear una identidad tan clara que enloquece... y es que muy poquita gente quiere ir a ver obras alternativas... donde el malo no siempre muere, donde el feo no es tan feo... y donde la loca trae mas verdades que muchos cuerdos... la gente quiere perdices... quiere oro que brille... y en mi viejo teatro las maderas crujen.
Saludo a veces entre sonrisas y algodones, otras perdida en llanto.... emocionada y siento los aplausos y la voz del típico hombre que protesta mientras aplaude y dice: a mi no me ha gustado... y saludo y desaparezco mientras se cierra el telón... y vuelvo a mi asiento y aplaudo mientras me doy cuenta que sin todo el reparto de actores, la vida no tendría sentido ... a veces actriz... a veces espectadora de mi propia obra...sea lo que sea... el telón siempre se levanta, pase lo que pase.
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