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Un corazón equilibrista...LoKuRa

DAVID DE MIGUEL ANGEL

DAVID DE MIGUEL ANGEL

Como el olor que deja una cerilla tras haberse encendido... y el olor ha fósforo que permanece durante unos instantes...azufre, así lo recuerdo.

 

Como la lámpara y el genio que sale de ella... como la estatua de mármol que por un instante cobra vida...

 

El momento que nos negamos durante mucho tiempo...y la evidencia..

La certeza de que eso no volvería ha ocurrir jamás... y osadía de pese a todo dejarnos llevar, una vez... aunque fuera una sola vez.

 

Todo era absurdo, incluso nosotros que enfrascados en nuestras propias mascaras jugábamos a desnudarnos y ha dejar caer sobre la piel, poco a poco la intimidad de la desnudez de dos almas enmascaradas.

 

Así... piel con piel...pude abrazarme a su tristeza desangelada, y pude saborear en cada beso aquella delicadeza olvidada, pude sentir que al erizarse hacia tiempo que nadie demolía aquellos huesos para acariciar su alma, ávida de caricias.

 

Acaricie cuanto pude tras mi propio muro, recorrí su delgadez sobre mis propios huesos, los mismos que me impedían, pese a querer, darle mas.

 

Acerco su gemido a mi oído... sentí el temblor de su mano que rodeo mi cintura, sus dedos se soldaron a mi espalda y en su silencio me confeso todos sus secretos. La seguridad se derrumbo y tuve entre mis brazos a un niño asustadizo que sobre mis hombros dejo caer la cabeza.

Pude trazar con las yemas de mis dedos en el mapa de su cuerpo, la ruta de aquellos sueños rotos, combatimos el dolor con amor. Como si el fuera el diabético y yo... su propia insulina.

 

Solo la mitad de dos corazones se amaron durante un momento fugaz y efímero, como dos animales que instintivamente lamen sus heridas.

No hubieron velas, ni lunas llenas, solo nosotros y silencio. Nunca me atreví a preguntar por que...latidos sordos y mudos, supongo.

 

Demasiado perdidos...

 

Como el olor que deja una cerilla tras haberse encendido... y el olor ha fósforo que permanece durante unos instantes...azufre, así lo recuerdo.

        - Escuchando the postal service-

                       

     

3 comentarios

coco -

las cerillas se encienden para alumbrar en la noche, para dar calor en invierno, para cocinar, para prender una esperanza que fumar. Aunque otras se encienden para provocar un incendio que permita romper con todo y poder volver a empezar. Desde cero. Por eso, además del olor a azufre, hay veces dejan algo en el corazón. La nostalgia de lo que pudo ser y no fue.

maxecita -

de verdad que cada vez que te visito me quedo leyendo un buen rato, enganchada a tus frases...se agarran a mi alma y no me dejan que me suelte...tienes un talento natural...tienes un corazón muy rojo...

un beso de una trapecista más

natzan -

ERES MI VISITA OBLIGADO Y CUANDO TENGO UN HUECO.. M ACERCO ADENTRAR EN TU MUNDO DE IMAGINACION... UN ABRAZO Y NO DUDES Q T SIGO... TIENS UN GRAN DON EN TU TRABAJO