LA VIEJA IGLESIA
Antes... uno se limpiaba de pecados en la iglesia...soltaba la blasfema y tras el arrepentimiento o la desidia de lo ocurrido corría a confesarse... a liberar frente su confesor el delito de sentirse solo y la necesidad de ser escuchado sin omisión... Ahora el lugar del cobijo, el arcen de paso y el purgatorio de corazones desarmados se esconde tras el letrero a veces luminoso...y aguarda bajo el circulo que deja un vaso de tubo donde ya se ha desecho el hielo de un Johnnie Walker aguado. Taburetes que viven de almas perdidas que encuentran sobre el asiento el refugio en noches donde la luna... tal vez esta demasiado llena. Se sirven soledades, podría leerse en la carta de bocadillos frios...Todos ríen... y brindan con un pequeño vaso de chupito, tequila o ballantines ... luego esnifan su propia tristeza escondidos de algo que no es mas que su propio infierno, arrodillados frente a la tapa de water... y salen de allí... ocultos tras una frágil sonrisa que se rompe y se quiebra en la segunda frase de una conversación... y también rie el cornudo... y el abandonado... y el que tiene un hijo al que hace meses que no ve... y el enfermo que busca el billete siempre de 10 para cambiar por monedas, una... y otra vez. Un escenario donde cada vez que avanza el minutero, tras cada acto se vuelve mas pintoresco y mas desolador... Cuerpos que vendieron su alma al diablo y que intentan recuperarla en la reventa... Desenroscas el tapon mientras miras el reloj, y dejas caer el líquido que hace crujir el hielo, como si fueras el doctor que da remedio y ameniza el dolor del enfermo... como si para curar echaras alcohol en la herida siempre abierta.
Luego vuelven a casa, porque tienen que volver alguna parte y en su propia cama añoran su hogar... el que no tienen... lloran al alba y se arrepienten de toda la noche, del dinero que se quemo en la barra del bar, de aquello que te contaron...
A la noche siguiente vuelven... mas serios que de costumbre, tu ya sabes lo que tienes que ponerles... son de la casa.La discreción les dura hasta la tercera copa y el bar vuelve a convertirse en una iglesia, que siempre tiene sus puertas abiertas... y la falsa alegría les dura hasta que empiezas a barrer los pedazos de corazones rotos... ha colocar los taburetes sobre la barra... y las sillas sobre la mesa.Apagas las luces y por alguna extraña razón siempre le echas un último vistazo al bar antes de echar la llave...No... no hay nadie.
4 comentarios
SOTALMAR -
erik -
¿A que jode un monton?
Pues al menos deberia tomarlo asi lo dirian con razon. De todas formas dices bien , cuando llego al barra del Pub de abajo y me siento en el taburete el confesor, me coloca ya nada mas verme entrar el tubo largo y la dichosa "Sin".
Carlos Martinez -
Pete Vicetown -
y también he mirado atrás. Por si quedaba alguien.