El pianista
Recuerdo aquellas noches envueltas en una densa nube de humo, el murmullo de la gente detrás de la barra era como un zumbido incesante... ceniceros inundados de colillas, el escaso trayecto de las mesas a la barra era como una gran avenida, la barra se convertia en el refugio de algunos, la válvula de escape para otros, la palangana donde poder vomitar los sueños a puñados en forma de monedas... para muchos la barra significaba la compañía, la camarera podia convertirse en el eco que responde en la noche, en la enfermera que recetaba placebo, en el cura sin sotana que confesaba , en el saco de boxeo para la lengua que desahogaba el alma, en la amiga perfecta porque era muda.
Para mi... la barra era la protección, el muro infranqueable, el cristal invisible que separa al preso de la visita, aún asi siempre me gusto ocupar ese lugar en la barra, para mi se convertia en el pupitre donde atender las explicaciones mudas, la hoja en blanco donde anotar, la pizarra del colegio publico.
La gente pierde su identidad desde la vision de este lado de la barra, uno siempre es el tipo del ballantines, o el tipo de la camisa blanca y da igual cuantas veces se esfuerce en que recuerdes su nombre, porque tu no lo haras.
Recuerdo haberlos clasificado por las bebidas... jugaba incluso por el aspecto que tenian a jugar mentalmente ha adivinar que es lo que iban a tomar. Recuerdo tener debilidad por los Jack Daniels... los Jacks Daniels siempre rompian tu rutina nocturna, pocos son los que piden esta bebida, asi... sin acompañar... y asi suelen ser los que lo piden... solitarios sin que parezca afectarles esa soledad lo mas minimo. Luego estaba el antitesis que son los ballantines cola... mucho mas clásicos, mucho menos misteriosos...exceptuando a los que se veían sorprendiéndose asi mismos si se atrevian a pedirlo con naranja... simplemente servir ballantines se hacia rutina. Los Famous rous siempre me parecio gente rara... peculiar, especialmente serios, simplemente servir y cobrar... Los de Rones sin duda son los contradictorios...el ron y el ritual del limon...El bombay zafir siempre me pareció clasista... como identificativo, como el que quiere distinguirse... nunca me gusto servir zafir, los paladares del zafir siempre me parecieron maniáticos, perfumados y trajeados, de los que jamas dejaban propina.
Las cervezas eran simplemente la inercia, y el red bul... un insulto para cualquier paladar refinado, para los impacientes que buscan emborracharse sin el sabor amargo del alcohol... los malibus, los combinados siempre me parecieron caramelos para debutantes, generalmente mujeres refinadas y coquetas que detestan el alcohol pero les da vergüenza pedir un zumo si es mas tarde de las 2 de la madrugada. Los que cierran el bar siempre lo hacen con tonica y ginebra, no falla. Pero claro.... todo esto no era mas que un juego noctámbulo de suposiciones aunque la mayoría de veces acertadas, muy generalizadas.
Las noches se sucedían enteras... el minutero parecía no existir salvo para mi, la cafetera era el mejor de los relojes, limpiarla suponia estar dos pasos mas cerca de la cama.
Recuerdo que mientras la limpiaba mi mirada daba un ultimo vistazo al bar... sonaba la maquina registradora, los últimos buenas noches... la escoba se encargaba de barrer la tristeza de la gente, como si fuera una obra de teatro, una realidad paralela donde todos rien, donde todos festejan y brindan... donde todo es mentira.
Y cuando el bar queda entre luces y sombras te das cuenta que el vacio que trasmite no es mas que el de los corazones que lo han habitado... es como si vinieran al bar... se sentaran... pidieran su copa... y dejaran junto al vaso vacio su soledad... es por eso que un bar al cerrar deja un cuadro desolador y triste, porque la soledad de los corazones se la dejan en el bar.
Alzo la vista... el señor del gin-tonic todavia tiene desde que entro la mirada perdida en las manos que rodean su vaso... a penas un par de hielos derretidos y un trozo de limon que flota sin burbujas...
- Caballero ( le digo, como si fuera mi voz quebrada la que lo devuelve a la realidad) hemos cerrado ya... (el me mira con la mirada mas desamparada que haya visto nunca) pero si quiere puede acabarse la copa mientras recojo...
- Perdona no me habia dado cuenta ( y se levanta tambaleándose)
- Quiere que le pida un taxi?
- No gracias, -dice- y en el segundo intento de meter su mano en el bolsillo saca un par de monedas que lanza de propina sobre la barra . me voy a casa.
Recuerdo aquellas noches envueltas en una densa nube de humo y recuerdo al pianista invisible que descodificaba poniéndole melodia a aquel zumbido incesante.
Aun asi siempre preferí este lado de la barra
Para mi... la barra era la protección, el muro infranqueable, el cristal invisible que separa al preso de la visita, aún asi siempre me gusto ocupar ese lugar en la barra, para mi se convertia en el pupitre donde atender las explicaciones mudas, la hoja en blanco donde anotar, la pizarra del colegio publico.
La gente pierde su identidad desde la vision de este lado de la barra, uno siempre es el tipo del ballantines, o el tipo de la camisa blanca y da igual cuantas veces se esfuerce en que recuerdes su nombre, porque tu no lo haras.
Recuerdo haberlos clasificado por las bebidas... jugaba incluso por el aspecto que tenian a jugar mentalmente ha adivinar que es lo que iban a tomar. Recuerdo tener debilidad por los Jack Daniels... los Jacks Daniels siempre rompian tu rutina nocturna, pocos son los que piden esta bebida, asi... sin acompañar... y asi suelen ser los que lo piden... solitarios sin que parezca afectarles esa soledad lo mas minimo. Luego estaba el antitesis que son los ballantines cola... mucho mas clásicos, mucho menos misteriosos...exceptuando a los que se veían sorprendiéndose asi mismos si se atrevian a pedirlo con naranja... simplemente servir ballantines se hacia rutina. Los Famous rous siempre me parecio gente rara... peculiar, especialmente serios, simplemente servir y cobrar... Los de Rones sin duda son los contradictorios...el ron y el ritual del limon...El bombay zafir siempre me pareció clasista... como identificativo, como el que quiere distinguirse... nunca me gusto servir zafir, los paladares del zafir siempre me parecieron maniáticos, perfumados y trajeados, de los que jamas dejaban propina.
Las cervezas eran simplemente la inercia, y el red bul... un insulto para cualquier paladar refinado, para los impacientes que buscan emborracharse sin el sabor amargo del alcohol... los malibus, los combinados siempre me parecieron caramelos para debutantes, generalmente mujeres refinadas y coquetas que detestan el alcohol pero les da vergüenza pedir un zumo si es mas tarde de las 2 de la madrugada. Los que cierran el bar siempre lo hacen con tonica y ginebra, no falla. Pero claro.... todo esto no era mas que un juego noctámbulo de suposiciones aunque la mayoría de veces acertadas, muy generalizadas.
Las noches se sucedían enteras... el minutero parecía no existir salvo para mi, la cafetera era el mejor de los relojes, limpiarla suponia estar dos pasos mas cerca de la cama.
Recuerdo que mientras la limpiaba mi mirada daba un ultimo vistazo al bar... sonaba la maquina registradora, los últimos buenas noches... la escoba se encargaba de barrer la tristeza de la gente, como si fuera una obra de teatro, una realidad paralela donde todos rien, donde todos festejan y brindan... donde todo es mentira.
Y cuando el bar queda entre luces y sombras te das cuenta que el vacio que trasmite no es mas que el de los corazones que lo han habitado... es como si vinieran al bar... se sentaran... pidieran su copa... y dejaran junto al vaso vacio su soledad... es por eso que un bar al cerrar deja un cuadro desolador y triste, porque la soledad de los corazones se la dejan en el bar.
Alzo la vista... el señor del gin-tonic todavia tiene desde que entro la mirada perdida en las manos que rodean su vaso... a penas un par de hielos derretidos y un trozo de limon que flota sin burbujas...
- Caballero ( le digo, como si fuera mi voz quebrada la que lo devuelve a la realidad) hemos cerrado ya... (el me mira con la mirada mas desamparada que haya visto nunca) pero si quiere puede acabarse la copa mientras recojo...
- Perdona no me habia dado cuenta ( y se levanta tambaleándose)
- Quiere que le pida un taxi?
- No gracias, -dice- y en el segundo intento de meter su mano en el bolsillo saca un par de monedas que lanza de propina sobre la barra . me voy a casa.
Recuerdo aquellas noches envueltas en una densa nube de humo y recuerdo al pianista invisible que descodificaba poniéndole melodia a aquel zumbido incesante.
Aun asi siempre preferí este lado de la barra
5 comentarios
Nike Shox Turbo -
Jeo -
lokura -
Jeo -
¿Lokura qué quieres tomar?
danirmartin -
Lo que pasa es que a mí no me gusta estar a ese lado de la barra.
Pero te entiendo como si fuera yo mismo el que escribiera.
Buen fin de semana.