Fidelidad.
Ella era provocadora sin medias de seda, sin grandes escotes, volontuosa en su justa medida... su cigarrillo siempre la acompañaba como la vengala que hace señales de humo sin haberla prendido... sus besos ha horas altas sabian a tabaco y a ron... llevaba escrito en los ojos la palabra ternura, pero todos engatusados por aquellas piernas, por aquel exceso de seguridad aparente que la hacian reto, u objeto de deseo... era entonces cuando llevaba el veneno escrito en la espalda.
Podia incluso tener si cabe un punto masculino que resultaba erótico, jamás bajaba la mirada, podia ser la depredadora de hombres de fuego, sin conciencia, fria y con temple podia brindarles el cielo y arrebatárselo al instante siendo asi la justiciera de otras mujeres, satisfaciendo a la vez sus propios deseos. Mataba de frente y con tal ternura, que sus victimas consentían su propia muerte.
Sabia de sobras quien iba a ser presa facil, como lanzar el anzuelo sin haberlo tirado, era una seductora nata, pero del amor... del amor no sabia nada. Dueña del deseo, exclava de nadie, la de poco de fiar.
Nunca permanecia mas de tres dias bailando para alguien en la misma silla, el tres era el numero perfecto para disfrutar sin implicarse, uno te beso, dos me besas, tres me marcho, a bailar sola o a sentarme a bailar en otra silla... Porque el tres era el punto justo antes de despertar al corazon... su corazón estaba dormido... como el oso que se refugio en la cueva para invernar...nunca tenia la necesidad de rechazar la tentación, porque nunca habia porque guardar fidelidad.
Como por sorpresa cruzo la mirada con él, con su propio yo en masculino, con el propio reflejo de su espejo... el quiso la ternura no su cuerpo, ella olvido el veneno... cambiaron las reglas del juego y el tres llevo al cuatro y al seis, y al 15, y al despiértate hoy conmigo...el juego habia cambiado... nadie le había prohibido bailar en otras sillas... a ella misma no le apetecia...ella misma se habia atado las piernas con las medias de seda que nunca llevaba...se había enamorado... donde hay dos depredadores es difícil descubrir a la presa... tal vez no la había... tal vez no tenia porque ser fiel...tampoco se dio cuenta en que punto empezo a serlo... pero... lo era... lo estaba siendo... y bailaba si... con su copa de ron y su cigarro, con el veneno de la seductora... con el hambre de la depredadora... pero ahora bailaba solo para el... que no se lo había pedido... sin saber si tan solo el... bailaba solo para ella...como si ella al fin y al cabo estubiera aprendienda a bailar de veras...sin serle fiel a el... si no a ese amor que había nacido en ella, en su ternura, en su veneno.
Podia incluso tener si cabe un punto masculino que resultaba erótico, jamás bajaba la mirada, podia ser la depredadora de hombres de fuego, sin conciencia, fria y con temple podia brindarles el cielo y arrebatárselo al instante siendo asi la justiciera de otras mujeres, satisfaciendo a la vez sus propios deseos. Mataba de frente y con tal ternura, que sus victimas consentían su propia muerte.
Sabia de sobras quien iba a ser presa facil, como lanzar el anzuelo sin haberlo tirado, era una seductora nata, pero del amor... del amor no sabia nada. Dueña del deseo, exclava de nadie, la de poco de fiar.
Nunca permanecia mas de tres dias bailando para alguien en la misma silla, el tres era el numero perfecto para disfrutar sin implicarse, uno te beso, dos me besas, tres me marcho, a bailar sola o a sentarme a bailar en otra silla... Porque el tres era el punto justo antes de despertar al corazon... su corazón estaba dormido... como el oso que se refugio en la cueva para invernar...nunca tenia la necesidad de rechazar la tentación, porque nunca habia porque guardar fidelidad.
Como por sorpresa cruzo la mirada con él, con su propio yo en masculino, con el propio reflejo de su espejo... el quiso la ternura no su cuerpo, ella olvido el veneno... cambiaron las reglas del juego y el tres llevo al cuatro y al seis, y al 15, y al despiértate hoy conmigo...el juego habia cambiado... nadie le había prohibido bailar en otras sillas... a ella misma no le apetecia...ella misma se habia atado las piernas con las medias de seda que nunca llevaba...se había enamorado... donde hay dos depredadores es difícil descubrir a la presa... tal vez no la había... tal vez no tenia porque ser fiel...tampoco se dio cuenta en que punto empezo a serlo... pero... lo era... lo estaba siendo... y bailaba si... con su copa de ron y su cigarro, con el veneno de la seductora... con el hambre de la depredadora... pero ahora bailaba solo para el... que no se lo había pedido... sin saber si tan solo el... bailaba solo para ella...como si ella al fin y al cabo estubiera aprendienda a bailar de veras...sin serle fiel a el... si no a ese amor que había nacido en ella, en su ternura, en su veneno.
6 comentarios
marrakech -
Max -
Un beso, dos, tres...
Saludos
lamaladelapelicula -
Un abrazo
leumaS -
Pero es tan dulce el sabor de ee veneno y tan difícil renunciar a él...
Un besin
chau
toshiro -
Abrazos
Jeo -
Mil besos