Siempre volvia a casa en bicicleta
Había venido desde muy lejos... sus viejos zapatos habían andado mucho, su piel blanca y joven estaba curtida sin haber perdido ese brillo de inocencia e inexperiencia que se tiene a los 23.
Su boca contaba historias de la Patagonia, de pueblos remotos, de noches de pesca... hablaba con nostalgia de aquel amor lleno de sacrificios... como si su amor, el encantador de corazones no hubiera viajado con el, como si se hubiera quedado alli... en aquellos días, siendo ahora tan solo el amor, asi, a secas... regado tan solo por un poco de mate
Sabía lo que significaba el sacrificio, había trabajado desde los 15 años, jugaba incluso frente a la cena a desnudarme, frente a los dos platos desconocidos... su piel curtida le daba la astucia, y sus 23 la inocente ignorancia de igonorar que yo... yo ya estaba desnuda.
Alzo su mano en el tocadiscos y me regalo un tango para los oídos... los platos de la cena casi sin tocar, abandonados sobre la mesa... se miraban en el blanco, como si aquella desgastada vajilla de porcelana fuera la prueba de que tenian mucho en comun... a penas dijeron mas que algo sobre la patagonia y tomates... a penas hablaron mas de un par de sueños volcados sobre la mesa...tan solo las copas de vino hubieran deseado besarse... quizas tan solo porque estaba prohibido, ninguno de los dos se atrevio a romper aquel encanto.
Eran las 3 de la madrugada y aquel viejo reloj andaba detenido en la hora en la que yo lo puse... al mirarlo reparo en el dia en el que le dije que moviera las agujas y me pregunto: che... querida... porque en las 11.59? como si supiera tras aquella conversación que aquella hora significaba algo importante para mi, me levante, recogi los platos y al regresar el seguia mirando el reloj despues de una dura jornada de trabajo...
Porque así siempre falta un minuto para que la carroza se convierta en calabaza- conteste, el sonrio y apago las luces del bar.
El agarro su bici, su amor desencantado le esperaba en casa... aun asi... la amaba todavia.
Yo doble la esquina... mi lado izquierdo vacio de la cama me esperaba en casa... aun asi lo amaba todavia.
Sera porque cuando una decide detener el reloj en esa hora... siempre falta un minuto para que la carroza se convierta en calabaza... tanto para lo bueno, como para lo malo... tal vez ella vuelva a encantarle el corazon una mañana cualquiera.... tal vez el aproveche ese minuto cualquier mañana... quien lo sabe.
Su boca contaba historias de la Patagonia, de pueblos remotos, de noches de pesca... hablaba con nostalgia de aquel amor lleno de sacrificios... como si su amor, el encantador de corazones no hubiera viajado con el, como si se hubiera quedado alli... en aquellos días, siendo ahora tan solo el amor, asi, a secas... regado tan solo por un poco de mate
Sabía lo que significaba el sacrificio, había trabajado desde los 15 años, jugaba incluso frente a la cena a desnudarme, frente a los dos platos desconocidos... su piel curtida le daba la astucia, y sus 23 la inocente ignorancia de igonorar que yo... yo ya estaba desnuda.
Alzo su mano en el tocadiscos y me regalo un tango para los oídos... los platos de la cena casi sin tocar, abandonados sobre la mesa... se miraban en el blanco, como si aquella desgastada vajilla de porcelana fuera la prueba de que tenian mucho en comun... a penas dijeron mas que algo sobre la patagonia y tomates... a penas hablaron mas de un par de sueños volcados sobre la mesa...tan solo las copas de vino hubieran deseado besarse... quizas tan solo porque estaba prohibido, ninguno de los dos se atrevio a romper aquel encanto.
Eran las 3 de la madrugada y aquel viejo reloj andaba detenido en la hora en la que yo lo puse... al mirarlo reparo en el dia en el que le dije que moviera las agujas y me pregunto: che... querida... porque en las 11.59? como si supiera tras aquella conversación que aquella hora significaba algo importante para mi, me levante, recogi los platos y al regresar el seguia mirando el reloj despues de una dura jornada de trabajo...
Porque así siempre falta un minuto para que la carroza se convierta en calabaza- conteste, el sonrio y apago las luces del bar.
El agarro su bici, su amor desencantado le esperaba en casa... aun asi... la amaba todavia.
Yo doble la esquina... mi lado izquierdo vacio de la cama me esperaba en casa... aun asi lo amaba todavia.
Sera porque cuando una decide detener el reloj en esa hora... siempre falta un minuto para que la carroza se convierta en calabaza... tanto para lo bueno, como para lo malo... tal vez ella vuelva a encantarle el corazon una mañana cualquiera.... tal vez el aproveche ese minuto cualquier mañana... quien lo sabe.
6 comentarios
marrakech -
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno...
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor...
Y aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor...
La vieja calle donde el eco dijo
tuya es su vida, tuyo es su querer,
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia hoy me ven volver...
natzan -
Jeo -
(Sin palabras)
Trini -
Precios relato eres estupenda escribiendo, de verdad así lo creo me quedo asombrada de tu imaginación y buen hacer.
Besos
danirmartin -
Así que deja que pase ese minuto.
Un beso.
Azul -
Un biko muy fuerte!!