Lejos del cualquier reloj
Uno estaba ausente en la barra, como si fuera un profeta borracho que te muestra el lado oscuro sin palabras, a penas había un hombre, tan solo quedaban los desechos de un orgullo herido, un orgullo que posiblemente descansaría en el sofa esta noche cuando acabara su quinta ultima. Simplemente un extraño tenia que encontrar consuelo en nosotros, en su copa vacía.El otro aun tenia que llegar, traía el corazón envuelto en una rosa llena de espinas, los últimos pétalos de su flor luchaban por no caerse, pero ahí traía el corazón envuelto en una rosa que creció en el desierto.
El que faltaba, como el primero no había sido invitado, simplemente me encontró.
A mi tan solo me habían llamado, en ese instante ya daba igual quien lo hubiera echo, tan sólo tenia que estar allí por alguna razón, seguramente para contarles que esa tarde habia visto una puesta de sol.
Un desconocido que encontramos, dos que no se conocían y una mujer. La soledad de uno que encontró la compañía solitaria de otros tres.
Uno maldecía a su mujer, la misma a la que a la mañana siguiente después de la resaca le besaría los pies y le pediría perdón las mismas veces que copas se había tomado.
Los otros tres, dos separados y uno que no se había casado nunca daban consejos de amor a un borracho, que después de soltar sus demonios se fue a casa sin pagar ni una rondo, sin decir adiós.
Unas cuantas cervezas vacías, algún hielo derretido, alguna duda esclarecida que llevaba a otra duda, alguna canción cantada al oído, alguna mirada cómplice, nada cambiaria mañana, pero allí dentro, cuando los vasos chocaban contra otros, cuando se oía el sonido que hace un mechero al encender un cigarrillo, allí dentro entre sonrisas desesperadas, entre canciones de sabina.... se había detenido el tiempo, todo importaba menos, porque el mundo solo giraba allí fuera, lejos de nosotros. Lejos de cualquier reloj.
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LOKURA -
JORDI -