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Un corazón equilibrista...LoKuRa

El profesor que hacia zumos de naranjas con la guitarra

El profesor que hacia zumos de naranjas con la guitarra Sobre la barra se escapaba la tarde, veía como aún luchaban por entrar los últimos rayos de sol por la ventana, a fuerza de ver como el bar se quedaba poco a poco oscuro, intentaba deslizarme entre tazas de café, trapos de cocina, botellas de cerveza vacías... ponía mi pequeño trocito de luz, supongo que porque a veces encontraba demasiados corazones oscuros sentados en aquellos taburetes.
Sonaba Fito, Fito se encargaba de traer el sol aunque ya hiciera rato que se me hubiera escapado... canturreaba tan mal como suelo canturrear siempre mientras servia una cerveza de barril, no hacia falta darme la vuelta, ya sabia que había entrado alguien, supe que había sido alguien tímido, los tímidos siempre escogían ese lugar de la barra. La sombra de tu silueta dibujaba a alguien simulando tocar un instrumento, me pareció una guitarra... volví la cabeza hasta clavar los ojos en esa sombra y encontré a mis ojos algo distinto a todo lo que había sentado en la barra, lo suficientemente distinto para que llamara mi atención, te oí cantar tímidamente, sabía que aún podías cantar mejor, me acerque con mi sonrisa habitual y así como una niña que comparte su muñeca con otras niñas en el patio de un colegio, le dije que me gustaba como cantaba, la conversación era mi recreo, mi momento, las manecillas del reloj que mataban el tiempo, el minutero que mataba mi aburrimiento. Fue divertido pensar que lo había sorprendido, la barra se convierte a veces en la mirilla de un puerta, por la que te asomas a mirar a veces... note un pequeño rubor en tus mejillas, me hizo sonreír, vi en su cara la misma cara de tonta que había puesto yo tantas veces, y me sentí que aquella expresión era como un regalo en aquella tarde cualquiera. Siempre he pensado que tengo el privilegio de ver a las personas aún cuando ellas creen que no las veo, en ese instante en el que vi su espalda abandonando el bar, supe con firmeza que volvería a verlo y seguí cantando, como si cantar pudiera cambiar el ritmo del tiempo, del tiempo que me quedaba para recoger las últimas colillas, los últimos clientes con la escoba.
Poco tiempo después volví a verlo... no recuerdo como salió la conversación, sólo recuerdo que vi a un hombre frente a la barra dispuesto a darme clases de guitarra, dada mi inconstancia de acudir alguna clase pensé que hacerlo así, de un modo menos formal haría que quizás pusiera mas interés en mi propia inconstancia, aprender a tocar la guitarra era algo que siempre me había gustado hacer, ya tenía mi guitarra y un profesor.
Un trozo de césped y unos 18 grados de sol para nuestra primera clase, una parada en la gasolinera y un par de latas... note que me miraba sorprendido, como si no esperara que fuera la persona que era, tan sólo a veces bajaba la mirada de mis ojos para mirar mis manos desacostumbradas aquellas cuerdas rígidas, para el la guitarra era como un puente, para mi un muro de protección...pensé cancelar las clases, note que le había gustado desde el primer momento en el que hable con el... pero algo en mi me decía que era algo irreal, ese no era el típico hombre que puede enamorarse de mí, sabía de sobras que sólo estaba viendo un espejismo quizás tan solo porque era diferente a lo que el podía a ver conocido, presentí que tras aquellas manos tímidas al tocar aquellas cuerdas se escondía alguien tal vez parecido a mi, e igual como supe al ver su espalda que volvería, supe al ver sus ojos que acabaría siendo un buen amigo cuando el decidiera serlo, cuando el decidiera verme realmente a mi, a mi por dentro.
Día el primer paso, lo invite a tomar una cerveza me apetecía conocerlo, ver si lo que mi corazón intuía era verdad, hablaba con mi amiga y a ratos le hacia alguna muestra para decirle que sabía que estaba ahí, que no quería que se sintiera fuera de lugar, sino en su lugar, porque había decidido regalarle un trocito de mi mundo, así entre cervezas, sus ojos me decían que no era lo que quería, tal vez incluso alguna vez sentí que me miraba sin entenderme, preguntándose que diablos pretendía, yo simplemente le daba tiempo, si no me daba un beso era simplemente porque en su interior si me entendía y si tenia las respuestas, sólo tenia que mirar dentro.
Y así poco a poco fuimos viendo lo que había dentro de cada uno, eludiendo lo evidente por parte de ambos fuera lo que fuera, a mi ya no me importaba, ya no me incomodaba pensar que tal vez podria gustarle, quizás podria a verme gustado incluso a mi si lo hubiera pensado, simplemente me encontraba con el como en casa, como si lo conociera de antes, y eso, eso era lo único que importaba.
La gente me advertía, me aconsejaba, ten cuidado y yo simplemente decía darme tiempo... y el tiempo llego, y con el desaparecieron las futuras declaraciones que nunca hicieron falta, las inseguridades se vencieron con tardes de sonrisas y cervezas, los temores con palmadas en la espalda, la timidez con sonrisas desde el alma y poco a poco con el tiempo empezó a formar parte de mi mundo, necesitaba llamarlo cuando me pasaba algo, necesitaba alegrarle el día con un mensaje o compartir con el simplemente un trocito de silencio donde gritan las palabras, porque justo en el instante en el que un silencio no te incomoda te das cuenta de que has descubierto un amigo. Y en ese punto en el que lo descubrimos los dos, empiezo a gustarte como el primer día en el que ya me gustaste tu.
Me alegro de a verte conocido, de haber descubierto que hay cantantes que no cantan siempre, como alumnas que no siempre aprenden a tocar la guitarra, que los futuros grupos que llenan de gente sus conciertos hubo un día en el que levantaron paredes de hormigón con sus manos, me alegro de saber que a veces aunque creamos que perdemos ganamos algo mejor, porque la amistad a diferencia del amor no necesita de explicaciones, no hace nudos que atan y aprietan, hacen nudos invisibles con una cuerda lo suficientemente larga como para poder volver de nuevo a ella cuando lo necesites. Algún día encontrare yo a mi acróbata y tu a una alumna que aprenda a tocar la guitarra, y espero estar ese día a tu lado para verlo. Millones de besos para ti de una macedonia, que tiene mucho de tu propio zumo de naranja..

3 comentarios

lokura -

Jo sin palabras, asi que na .. te mando besos, k es el recurso que tengo cuando me dejan muda

Zumo -

se me olvidó decir en el comentario anterior que se ha confirmado la sensación que tuve desde un principio de que cuando yo voy tu ya has tenido tiempo de volver muchas veces, y no creo q sea solo cuestión de experiencia. Empiezo a creer que realmente tienes un don. Nunca lo pierdas

Zumo -

buf, me siento superado...lo he tenido que leer como 3 veces hasta quedarme mínimamente saciado. Me encanta, me parece que lo leere una cuarta vez. Nunca me habían dicho nada así, a ver si me voy a volver a poner tonto... jajajajajajja es broma :) TASTIMU!! :D MUAK!!