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Un corazón equilibrista...LoKuRa

LA LAMPARA Y EL HEROE

LA LAMPARA Y EL HEROE

El libro Santillana  era como el pregón de que las vacaciones habían llegado.

Mamá repetía constantemente que me portara bien, que hiciera caso a la abuela y que no me peleara con Cristian, mi primo. Yo asentía con la boca llena de chorretes de chocolate, porque estaba comiéndome un helado y mama a la vez desistía del intento de hacer que la coleta quedara justo en el centro de la cabeza.

Fuimos a buscar a mi primo y luego a la estación de autobuses, era el primer año que nos iríamos solos el y yo, mamá nos rodeo la cara con sus manos y nos dio unos besos mientras repetía que fuéramos buenos y que nos lo pasáramos bien. Decía adiós con la mano y desde la ventana aún podía leerle los labios: - hazle caso a la abuela- yo sonreía como si no pasara nada y mi primo me mordía una rodilla porque el se había pedido ventanilla y yo se la había quitado. Al doblar la esquina ya estábamos estirándonos de los pelos y dos kilómetros después ya estábamos jugando de nuevo.

 

Fueron 13 horas de viaje.

Al llegar al pueblo mi abuela nos estaba esperando. Llevaba una bata de flores y dos bocadillos de chorizo.

Nos dio un abrazo y fuimos andando hasta la casa de pueblo. Nos peleamos por quien iba a dormir en la cama de la pared y después por censo ( nos la jugamos a piedra papel tijera) me la quede yo.

 

Pasábamos las tardes en la plaza de la iglesia comiendo pipas y haciendo pompas con 5 chicles de fresa en la boca. Jugábamos hacer carreras y a robar melocotones y jugábamos a la expedición de los piratas en aquel río seco donde ya solo quedaban culebrinas.

Dormíamos la siesta y bebíamos agua fría de un botijo de barro.

Una tarde cuando el abuelo dormía y mientras jugábamos rompí la lámpara de la mesita, fue al intentar hacer puntería con un zapato para darle a mi primo. Mi abuelo se despertó furioso y pregunto quien había sido....

A mi se me abrieron los ojos como platos y luego los cerré cuando vi que mi abuelo levantaba la mano, entonces una vocecita dijo: YO

En aquel momento me pareció un héroe y mientras el abuelo le daba unos azotes yo también dije YO, incluso lo repetí varias veces, abuelo he sido yo, he sido yo!

Hubieron azotes para los dos y nos pasamos el resto del verano ayudando a la abuela con las tareas de la casa.

Al regresar, deje que mi primo se sentara en el autobús junto a la ventana... luego el me mordió de nuevo la rodilla... fue entonces cuando entendí... que a él siempre le había dado igual donde dormir o donde sentarse... así que le estire de los pelos y dos kilómetros después ya estábamos jugando de nuevo...

8 comentarios

Taty -

hola....me parece super chévere...con tu permiso me encantaría hacer un monólogo de esta historia...yo pertenesco a un grupo de teatro...

distraido -

precioso, después cerré los ojos y viajé en el tiempo.
bss

Plastic -

Que emotivo. Me trae recuerdos. De pequeños lo vemos todo de un modo mucho mas simple, mas sano. Ojalá siempre fuesemos niños.

recuerdos -

no se, sera el dia, pero los dos textos son muy bonitos, mes de agosto,la lampara y el heroe, la caja negra, dos bonitos escritos, sin kontar la botella de la mar, ke es precioso la komentada,, besosssss distantes, kon el korazon sensible.... byee

coco -

Me encantas.

Azul -

Preciosa historia...a mi también me hiciste recordar una anécdota con un amiguito de la niñez...jo.

Un bikiño Niña Lokura!

Tautina -

Qué historia más preciosa, y qué cercana. Yo también tengo un primo y un pueblo, y muchos recuerdos de mis vacaciones muy muy semejantes a los tuyos. Ha sido emocionante revivirlos en tus letras.
Saludos veraniegos, guapísima.