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Un corazón equilibrista...LoKuRa

ALICIA

ALICIA

Alicia vivía en el tercero del bloque de enfrente.

Se que se llamaba Alicia porque un día oí como su madre la llamaba por la ventana para recordarle que subiera el pan.

 

Llevaba un vestido blanco con flores violetas que dibujaban a la perfección sus piernas flacas, le llegaba justo a la medida donde aún podías verle aquellas rodillas pequeñas y huesudas.

 

Su hombro quedaba desnudo bajo aquel tirante  y su nuca siempre despejada por una coleta me hacia suspirar desde la otra ventana en aquellos meses de Agosto... hace calor decía mi madre que agitaba un abanico amarillo y yo, ausente respondía con un monosílabo para no perderme ni un segundo de lo que duraba tan solo un minuto.

 

A veces Alicia salía a tender la ropa siempre con aquel pañuelo que adornaba su cabeza y cruzábamos unas palabras, yo me apoyaba al borde de la baranda y ella me contaba historias de viajes que jamás había echo. Soñaba con viajar y ver cada rincón del mundo y su imaginación era tal que podía trasportarte con sus palabras a cualquier parte lejos de aquel barrio... podías ver tras los edificios las montañas que tanto describía y cada uno de los paisajes que ella imaginaba.

 

Y así transcurrieron los veranos y los inviernos, cada vez pasábamos mas horas junto a la ventana y ella cada vez bajaba menos a la calle.

 

Una noche bajo el silencio de todo lo que esta dormido me confeso que estaba enferma y yo... le confesé que estaba enamorado y baje rápidamente la persiana. Teníamos 15 años.

 

Poco tiempo después tras añorar su presencia  me decidí a tocar el timbre.

No estaba.

Su madre me dijo que Alicia le había dejado una cajita para mi.

Me fui a casa y junto a la baranda la abrí... en su interior y envuelto en su pañuelo había un papel  donde podía leerse junto a un corazón dibujado a rotulador : YO TAMBIÉN

 

Han pasado muchos años ... ya nadie se asoma aquella ventana.

Desde entonces cada vez que puedo hago algún viaje y veo todo aquello que ella vio a través de los libros.

 

Al regresar siempre guardo una foto del lugar que he visitado en aquella caja, envueltas en su pañuelo.

Me siento junto a la baranda, hace calor dice mi madre mientras agita un abanico... y yo... respondo con un monosilabo ausente para no perderme  ni un segundo de todo lo que recuerdo en un minuto.

     

5 comentarios

monocamy -

Qué preciosa historia. Sólo me faltó saber si se dibujaba una sonrisa o suspiraban los ojos, batiendo pestañas, al recordarlo.

Si es que acaso existe diferencia alguna...

c -

cuantas veces nos quedamos mirando por la ventana, recordando momentos...
beso

Noa- -

Bella historia como viaje en el tiempo.

Ari -

ILUSO

Era un jueves gris, llovía,
Pídeme un remis, decía,
En el lobby de un hotel barato,
Viene de rentar su piel un rato,
Con la algarabía del deber cumplido.

Acrobacias del placer fingido,
Un orgasmo de alquiler, con ruidos,
Pone boca en su carmín escaso,
Arañando el adoquín sus pasos,
Quien tiene algo para la nariz, pregunta.

Podría ser de utilidad mi pañuelo,
Disfracé de ingenuidad, mi anzuelo,
Algo para no dormir, idiota,
Si me das podrías pedir mi ropa.

Donde encuentro nieve pa´l desvelo, ahora,
Creo que cien podría ajustar, te animas,
Mi depa esta al cruzar la esquina,
Estoy solo como tu, fulana,
Te invito a estrenar la luz, mañana,
No te quiero pa´ desarreglar la cama.

No es lo que haces con tu boca mi muñeca rota lo que solicito,
Te puedes dejar la ropa, mi muñeca rota no la necesito,
No es mojar la calentura, ahogar en tu cintura lo que ando buscando,
Es un poco de ternura para ver si cura lo que estoy pasando,
Dijo si sin sonreír, camina.

Dime si el sexo sin placer, te enciende,
Solo si el cliente es mujer, lo entiendes,
Disimulando argumente esta claro,
No te creas que me parece raro,
Cada quien su gusto y su pasión, le dije.

Te podría sujetar la mano,
Dame cien para empezar, y hablamos,
Los busque en mi pantalón y nada,
Fui debajo del colchón y estaban,
Se los di como quien compra un par, de alas.

No es lo que haces con tu boca mi muñeca rota lo que solicito,
Te puedes dejar la ropa, mi muñeca rota no la necesito,
No es mojar la calentura, ahogar en tu cintura lo que ando buscando,
Es un poco de ternura para ver si cura lo que estoy pasando.

Miro el buró y sin sonreír, momento,
Si es tu ex la del buró no hay trato,
Con su mano señaló el retrato,
La conoces pregunté, confuso,
Fue por mí quien te dejo, iluso.

(Es un crack el ricardito arjona)

SEGUNDOS -

SEGUNDOS DE AMOR..